SANAR NUESTRAS VIDAS SANANDO NUESTRAS EMOCIONES.

 SALUD EMOCIONAL Y SALUD FÍSICA 

En la sociedad en la que vivimos, hay una gran cantidad de factores que influyen en nuestra salud. Desde los alimentos que ingerimos hasta la calidad del aire que respiramos, todo puede tener un impacto en nuestro bienestar. Pero ¿qué pasa cuando ninguna de estas cosas parece ser la causa de nuestro malestar? ¿Qué sucede cuando nos sentimos mal y no podemos encontrar una razón física para ello? La respuesta puede ser más sencilla de lo que pensamos."No es la sal. No son las harinas. No es el refresco. No es el azúcar. No es la comida. No es el gluten. Son tus emociones. Son tus decisiones."  Las emociones que experimentamos y las decisiones que tomamos tienen un impacto directo en nuestro cuerpo.  Las emociones y las decisiones que tomamos en nuestra vida tienen un gran impacto en nuestra salud física.

La salud emocional es uno de los aspectos más importantes de nuestra vida. Nos enfocamos en cuidar nuestra salud física, prestando atención a lo que comemos y hacemos ejercicio, pero descuidamos nuestras emociones y la forma en que éstas afectan nuestra salud en general. Es fácil caer en la tentación de culpar a factores externos por nuestros malestares físicos, como la comida que comemos o la falta de actividad física. Sin embargo descuidamos nuestra salud emocional.

Sentimos dolor o malestar porque  no hemos aprendido a disfrutar la vida, porque acumulamos odios y rabia que nos afectan, porque no desarrollamos nuestra vitalidad y elasticidad corporal y porque nos castigamos con adicciones e inmadurez emocional. Todo esto puede tener un impacto en nuestro cuerpo que se manifiesta en forma de dolores o malestar.

También puede doler el cuerpo cuando rechazamos el presente y permitimos que los recuerdos nos definan, cuando no cerramos etapas y nos vestimos de víctimas en el drama que nosotros mismos hemos creado. Cuando amamos la herida que no queremos sanar, cuando sucumbimos a la apatía, cuando dudamos de merecer una vida sin traumas y alas para volar, cuando cedemos nuestra voz al clan familiar, cuando no vivimos en paz y no nos atrevemos a valorarnos más.

Las emociones pueden tener un gran impacto en nuestra salud física. El estrés  provoca dolores de cabeza, dolores musculares y fatiga. La ansiedad  afecta nuestra digestión, provocando náuseas, diarrea y dolor abdominal. La depresión puede afecta el sueño y provoca dolores musculares y fatiga. El miedo  causa sudores, palpitaciones y tensión muscular. Todas estas emociones tienen un impacto directo en nuestro cuerpo.

Tomemos consciencia de que nuestras emociones y decisiones tienen un impacto directo en nuestra salud física. Debemos aprender a escucharnos, a reconocer nuestras emociones y a tomar decisiones que promuevan nuestra salud y bienestar. Debemos aprender a conectar con nuestra divinidad y a valorarnos más. Debemos aprender a gritar cuando es necesario, a generar respeto, a conectar con nuestro amor propio. Tenemos  el poder de cambiar nuestros pensamientos y decisiones, y por lo tanto, de cambiar nuestra vida.

Al sentir dolor en el cuerpo, es posible que estemos acumulando emociones negativas como el odio, la rabia o el resentimiento. Debemos aprender a liberar estas emociones y a perdonar a quienes sus acciones nos dejaron un herida emocional, a dejar ir el pasado y enfocarnos en el presente. Aferrarnos a los recuerdos dolorosos nos impide avanzar.

Debemos  ser conscientes de la importancia de tener una relación sana con nosotros mismos. Debemos aprender a valorarnos y a tratarnos con amor y respeto. No debemos permitir que los demás nos  definan o nos hagan sentir inferiores.  Somos seres valiosos e importante, y merecemos ser tratados como tal.

Cuando aprendemos  a comunicarnos de manera efectiva nuestra salud emocional se ve beneficiada, por  eso es importante expresar nuestros sentimientos y no guardarlos  solo  para nosotros, por eso es muy importante  hablar con honestidad y claridad.  La comunicación efectiva nos permite sanar  nuestras  relaciónes al  busca una solución juntos. No nos aferrémos a relaciónes tóxica por miedo a la soledad o por sentirnos obligados.

No  debemos temer a la libertad. Ser libre significa ser responsable de nuestras decisiones y de nuestras acciones, pero también significa tener la capacidad de elegir y de crear la vida que deseamos. Dejemos atrás tus miedos y creencias limitantes, y atrévernos a soñar en grande. Somos capaces de lograr cualquier cosa que nos propongamos.

Aprende a disfrutar de la vida y de cada momento presente. Somos seres de amor en constante expansión. Somos capaces de superar cualquier obstáculo y de trascender desde el amor. No te encasilles, no te frenes, no te atrofies. Empodérate y confía en ti mismo, en tu capacidad para crear la vida que deseas. Es hora de tomar las riendas de tu vida y ser feliz.

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